Lleva 25 años trabajando como conductor de camiones y nueve siendo el progenitor de su pequeño, con quien cruzó su camino cuando el menor tenía siete años, precisamente en el 2014. Este hombre de 52 años vive hace cuadro décadas en La Serena y siempre tuvo la idea con su esposa de poder adoptar, pues por un tema médico de su mujer solo pudieron tener a Mariela (19).
“Mi esposa trabajó con niños no videntes cuando joven, yo participaba en un grupo de una Iglesia y ayudábamos a los menores que estaban en la calle. Siempre tuvimos la intención de poder adoptar para poder colaborar. Fue hace nueve años que mi cuñada nos contó que necesitaban sacar a un niño de un hogar de menores de manera urgente. Con mi esposa nos miramos y nos dimos cuenta que había llegado el momento”, comenta Norman Gordón, Conductor de Transportes Nazar.
LA LLEGADA DE ORLANDO
El proceso no fue fácil, estuvieron tres años con Orlando en la casa, pero lograron hacer los trámites correspondientes y poder adoptarlo. La vida de todos cambió para siempre, el menor no solo tenía síndrome de down y autismo, sino que sufrió por años diversos tipos de maltratos, sus progenitores pertenecían a la cultura gitana y no estaban pendientes de su crianza.
¡“Tuvimos que hacer cambios radicales para tomar esta nueva etapa en nuestras vidas, me salí de mi trabajo de conductor de camiones y me dediqué a un colectivo, por un tiempo, para poder estar más presente y así llevarlo a todas las terapias que necesitaba para que Orlando estuviera más tranquilo. Lo hicimos participar en talleres de tambores, clases de percusiones, así él bajaba su ansiedad. El noche se despertaba en cualquier horario y eso le ayudó, sumado a varios medicamentos. Los roles cambiaron, mi esposa trabajaba y yo estaba más al cuidado del niño”, comenta el conductor.
Norman y su esposa sabían que eran los encargados de cambiarle la vida a Orlando, a dejar su infancia ,marcada por carencias, agresiones y maltratos, en el pasado. “Historias de amor como la mía con mi señora hay muchas, pero decidimos jugárnosla por el amor de nuestra familia, con Orlando incluido. Él no cambió a todos la vida, a mis suegros, padres, hermanos, todos estamos pendientes de su bienestar”, agregará emocionado Norman.
Sin embargo, fue Transportes Nazar quien lo apoyó para que Norman pudiera estar más cerca de su familia y de los cuidados diarios que requiere su hijo, pues no tenía quien fuera a buscar al menor al colegio. La empresa lo entendió y ahora no realiza recorridos a largo de Chile, sino que solo en la Región de Coquimbo.
“Mi ruta es desde La Serena a Ovalle, entro por las noches y al mediodía dejo el camión y me voy a buscar a Orlando al colegio, comparto con él y duermo entre las cinco de la tarde y las 11 de la noche, momento en el que mi señora ya está en casa. Hoy para mí es prioridad mi familia más que un trabajo, el peso se lo lleva siempre la mujer y no corresponde. Si uno trabaja también debe tener tiempo para la familia, no es solo solventar y eso lo entendió muy bien Transportes Nazar y estoy muy agradecido”, comenta el conductor y padre.
NIÑOS SE LA SERENA AL RITMO DE LA BIODANZA
El establecimiento al que asiste todos los días Orlando, se encuentra ubicado en la comuna de La Serena cuenta con 128 alumnos con capacidades diferentes, que van desde Kinder hasta los 22 años. Entusiasmados, todos los jóvenes participaron del taller de Biodanza que les realizó Transportes Nazar. Norman, además, llevó su camión, donde todos los niños quisieron subirse para sacarse fotografías.
“Todos lo pasaron muy bien, fue una actividad muy linda, los niños hacían los movimientos, bailaban y querían que encendiera el camión para que les diera una vuelta. A Orlando le encanta, yo cuando voy en trayecto le hago videollamadas y le muestro el camino, eso le encanta y lo relaja”, relata Norman.
En Transportes Nazar dicen estar comprometidos con las comunidades y este tipo de talleres les ayuda a incrementar la relación que tienen con ella. “El taller ayudó a fortalecer la vitalidad y la creatividad en los participantes. Para nosotros, fue emocionante visitar el colegio de uno de los hijos de nuestro conductor”, sentencia Guisella Lagos, Encargada de Comunicaciones y Responsabilidad Social de Transportes N
