La Sala de la Cámara no logró el consenso necesario para aprobar ni las observaciones del Presidente de la República al proyecto de ley que establece la obligatoriedad del segundo nivel de transición de educación parvularia, ni para ratificar el texto previamente despachado por el Congreso Nacional, con lo cual la propuesta quedó sin posibilidad de convertirse en ley.
Las observaciones de La Moneda debían obtener 89 votos para seguir siendo tramitadas. Sin embargo, sólo contaron con 78 a favor, 61 en contra y 5 abstenciones. Desde el Ejecutivo apostaban por obtener el respaldo de la Democracia Cristiana, pero la falange se dividió y no le entregó los apoyos necesarios.
Las modificaciones del Presidente Sebastián Piñera apuntaban a duplicar el presupuesto destinado a infraestructura para readecuar recintos educacionales con el fin de adaptarlos a la obligatoriedad del kínder, permitiendo la viabilidad de la medida.
Sin embargo, entre quienes rechazan la iniciativa argumentan que los recursos no serán suficientes para hacer efectiva la norma en todas las zonas del país, fomentando la desescolarización en zonas rurales y dando pie a la privatización del nivel escolar.
En concreto, el proyecto apostaba a materializar la reforma constitucional aprobada en 2013 que establece la obligatoriedad de la educación preescolar inmediatamente anterior a la básica, aunque bajo sujeción de esta ley.
Ahora el proyecto pasará a ser debatido en el Senado, pero solo en sus aspectos formales e incluso desde el Gobierno analizarían no promulgarlo.
El ministro de Educación, Raúl Figueroa, cuestionó duramente la resolución de la Cámara: “El kínder obligatorio es un proyecto que apunta con total precisión al máximo bienestar de nuestros niños, que se dirige a corregir desde la base las inequidades que luego se manifiestan en nuestro sistema educativo, que permite efectivamente emparejar la cancha y darles a todos las mismas oportunidades (…) Un candidato al a presidencia optó por darle la espalda a esos niños”.