De un momento a otro Luis (83 años) y su señora Angélica decidieron cambiar una vida desarrollada en la ciudad de La Serena, la que incluía una vasta trayectoria en obras sociales a través del Rotary Club La Serena y su trabajo en el área de ventas para una empresa, por la vida en el campo.
“Mi suegro siempre me insistía que cuándo iba a plantar y yo le respondía que sólo lo haría cuando tuviera tierra propia, hasta que un día me dijo: le vendo la mitad del campo…, ya pues le dije yo, me ordené y así lo hicimos. Estuve dedicándome a la agricultura en un principio combinándola con otras labores, hasta que mi señora me planteó que ya era hora de decidirnos y así lo hicimos. Al otro día pusimos en venta la casa en La Serena y una semana después estábamos en un camión con todas nuestras cosas camino a Cochiguaz (Paihuano)”, recuerda con alegría Luis Correa.
“Trabajé por muchos años en el área de ventas de una empresa vendiendo neumáticos a mineras grandes, tiempo más tarde y simultáneamente empecé a plantar en el campo. Mi suegro era agricultor y sabía mucho. Me conversaba y nos orientó incluso donde hacer nuestra casa y así lo hicimos. La decisión de venirnos definitivamente a la parcela la tomamos juntos con mi señora y así lo hicimos”, relata el emprendedor.
Con mucho trabajo en la parcela, y sin dejar su rol social de lado, nació su emprendimiento denominado Agrícola Correa Alberti, cuya producción más importante son las uvas para la elaboración de pasas. “Tenemos nuestros clientes y tenemos que cumplir con ellos. También tenemos frutales como duraznos, naranjas y pronto esperamos tener una variedad particular de limón, esto además de paltos. Quiero poner paltos sobre la ladera. Dentro de los frutos tenemos también damascos y ciruelas, los que mi señora hace mermeladas. Ella crea distintas variedades y le quedan exquisitas”.
Dentro de la parcela de los Correa Alberti se siente esa paz que hace tan reconocido al Valle del Elqui, el sonido del río que pasa por uno de los costados de la bodega que almacena la producción de pasas es adorando por la sombra de los grandes árboles presentes en su ladera.
Este inmejorable ambiente es el que el matrimonio quiere aprovechar para innovar en un nuevo rubro, según detalla Luis Correa: “Estamos trabajando en instalar unas cabañas para poder realizar turismo acá, aprovechando el paso del río y las condiciones climáticas tan favorables que tenemos en Cochiguaz. La idea es poder contar también, más adelante, con pequeñas clases de astronomía para los visitantes”.
EL APOYO PERMANENTE
Su experiencia es reconocida por el Director Regional de INDAP, José Sepúlveda, quien valora el esfuerzo de la familia emprendedora e indica que “el caso de don Luis refleja cómo podemos cambiar nuestra vida si nos decidimos a hacerlo y ponemos todo de nuestra parte. Él y su familia querían vivir de la agricultura, por lo que se esforzaron y trabajaron de manera constante en ello. Hace casi un año y por medio de un proyecto presentado a nuestra institución lograron obtener el riego tecnificado, lo que sin duda es un tremendo cambio para su producción y para el futuro de su emprendimiento y, por tanto, de su familia”.
Luis Correa y su señora Angélica continuarán trabajando juntos en el área agrícola y próximamente del turismo en su parcela en Cochiguaz.
