Cuando el reloj marcaba las 15:20 horas los ojos del mundo entero comenzaban a mirar hacia el prístino cielo de la Región de Coquimbo y en el Hospital de La Serena más de 60 pacientes que se recuperaban en el recinto asistencial y más de 300 trabajadores de la salud vivían un inédito momento en la zona, mientras disfrutaban del histórico Eclipse Total de Sol. Todo esto en un emocionante y cercano ambiente de recogimiento.
“Estamos sorprendidos, en primer lugar, por la naturaleza, segundo, por la belleza del eclipse y tercero, por lo humano de los funcionarios del hospital. Estoy acompañando a mi esposa porque está en una difícil situación en que necesita apoyo, se encuentra muy sensible desde que se enfermó. Por eso, con mi hijo mayor quisimos darle el respaldo que necesita en este momento y primero pensamos que íbamos a pasar el eclipse los tres solos, pero fuimos sorprendidos gratamente con esta idea que tuvieron, donde nos permitieron compartir entre familiares, pacientes y funcionarios, siendo un solo espíritu. Yo creo que el hospital, al darnos la posibilidad de disfrutar de una manera diferente el eclipse, nos ha entregado el mejor remedio a nuestros males”, expresó Luis Núñez, marido de la paciente Silvia Borcoski.
Por su parte, Cristopher Santibáñez, padre del pequeño Samuel, paciente que está recuperándose en el recinto después de una operación, manifestó que ellos como familia “Veníamos de Caldera a pasar el eclipse al valle y a mi hijo le encontraron una apendicitis aquí, pero igual estuvimos felices de pasarlo en el hospital. Fue una experiencia maravillosa, la música y el ambiente fue genial. Pensé que íbamos a estar encerrados en la habitación, pero fue súper divertido, se vivió con toda la gente unida, una familia, todos contentos y felices. Mi hijo me dijo que teníamos que ir a Pucón el otro año a ver el nuevo eclipse”.
Las fases de este gran fenómeno de la naturaleza avanzaban y a las 16:40 horas la atmósfera que se generó a las afueras del Hospital de La Serena fue única y sobrecogedora. El director del establecimiento, Edgardo González, indicó que “fue muy especial ver al equipo de salud con los pacientes y sus familias poniendo todos nuestros ojos en el cielo. Hubo toda un aura especial en este evento, fue muy emocionante tener la posibilidad de vivirlo en nuestro lugar de trabajo, estas cosas hacen un quiebre en la recuperación de los pacientes, los ayuda y los predispone a salir más luego de su enfermedad. Sin duda esto contribuye a que seamos un hospital mucho más humano en nuestra relación con los pacientes”.
Al respecto, Marcela Valenzuela, enfermera Subdirectora de Gestión del Cuidado, agregó que “esto se enmarca en la estrategia Hospital Amigo y fue una súper buena idea poder brindarles un espacio donde ellos puedan salir un poco de su dificultad de salud. Esto es gracias a que existe todo un equipo humano conformado por funcionarios voluntarios que están súper motivados y dispuestos a que los pacientes tengan un minuto más grato de lo que habitualmente tienen hospitalizados”.
En total, fueron aproximadamente 2 horas y 20 minutos de observación de un único evento de la naturaleza que sólo ocurrirá nuevamente en este rincón del mundo en 200 o 300 años más. De esta manera, el recinto de salud buscó aportar un granito de arena en la recuperación de sus pacientes y según expresó su propio director, “la naturaleza se detuvo y nos entregó un regalo. Enfermeras, doctores y técnicos paramédicos de los servicios clínicos, de manera muy organizada, bajaron con sus pacientes y teníamos un lugar especialmente preparado para ver el eclipse, con mantitas para abrigarse, té y café, comida y todos los resguardos para que disfrutaran, en un espacio distinto y que fue muy valorado”.
En relación a ello, Myriam Cruz, enfermera Supervisora del Servicio de Medicina, comentó que “desde la semana pasada comenzamos a evaluar a los pacientes hospitalizados para saber quiénes podían salir a disfrutar del eclipse. Durante el día, varios comenzaron a manifestar la intención de poder bajar a la actividad y pudimos concretarlo, ya que a nivel institucional se habilitó un sector de observación que contempló todas las condiciones de seguridad necesarias para los pacientes y fue un momento súper emotivo para ellos. Fuimos súper privilegiados de estar en la región disfrutando de este maravilloso evento de la naturaleza y que el hospital nos diera la posibilidad de compartir con los usuarios fue otro regalo. Ellos estaban muy contentos y emocionados”.