Han pasado ya varios días de la complicada situación que vivió el intendente de la Región de Coquimbo, Pablo Herman, cuando tuvo que salir a aclarar el polémico tuit que salió desde su cuenta, en respuesta a una publicación del alcalde Roberto Jacob, por la vacunación a bomberos.
“Ocupas las vacunas de los adultos mayores por unos pocos votos, que lindo!!! Cuando se te vayan muriendo o estén hospitalizados, les diremos que preferiste a un bombero de 20 años x un puñado de votos. Muy mal”, esta fue la respuesta publicada desde el Twitter de Pablo Herman, que luego salió rápidamente a decir que su cuenta había sido hackeada y al final, mediante un comunicado emitido desde la Intendencia Regional, se informaba que se decidió apartar de sus funciones al jefe de comunicaciones del intendente como responsable de escribir el tuit.
Este comunicado más que aclarar sólo dejó dudas, sobre como, por ejemplo, qué intención tuvo el jefe de comunicaciones al escribir este tuit, ¿lo iba a redactar desde su cuenta personal?, ¿lo escribió el intendente y luego se arrepintió?, ¿Por qué no reconocieron desde el principio que el tuit había sido escrito desde la intendencia?, ¿el tuit lo iban a escribir desde una cuenta falsa? ¿Son las nuevas estrategias comunicacionales en época de campaña?
El inicio explosivo de las principales redes sociales, según expertos, ocurrió en la década del 2000 y se detectó que desde hace unos 5 años atrás se comenzó a utilizar con el objetivo de convertirse en un elemento disociador de la realidad donde se ha visto que se ha masificado la entrega de información y de noticias falsas.
Según Deby Zepeda, diseñadora y docente de la Universidad de La Serena y Santo Tomás “una cuenta falsa podría ser parte de una contra-propaganda que claramente tiende a desinformar en relación a otros candidatos o definitivamente que apoyen su candidatura de una manera especial y respecto a la gestión institucional se generan noticias falsas con el fin de desprestigiar muchas veces desde de la oposición al gobierno de turno”.
Sobre el impacto que tiene esta estrategia, la profesional asegura que “tienen una incidencia en las personas sobre todo en aquellos usuarios que no se dan el tiempo de chequear la información y de buscar fuentes, de constatar si la cuenta es una cuenta oficial, la idea no es quedarse siempre con el titular, no alimentar los prejuicios, en este caso la finalidad que tiene estas noticas es que ellos lo repliquen, entonces lo que hacen al final es instrumentalizar a la persona y no solamente la responsabilidad es del usuario, si no que también hay una corresponsabilidad”.
Reconocer una cuenta falsa
Primero hay que fijarse en la foto, generalmente las cuentas falsas o boots, ocupan fotos de perfil genéricas de paisajes, autos, etc. También se utilizan fotos de otras personas que ni siquiera saben que las están ocupando, y algunos, no tienen ninguna fotografía ni información.
La identificación de la cuenta dice mucho, nombres cortos, abreviados o apodos, nos dicen que puede ser una cuenta falsa, también, en el caso de Twitter, se identifica un bots cuando este tiene muchos números en el nombre de la cuenta. Está claro que un perfil creada hace poco tiempo también puede generar dudas sobre si es un perfil falso.
Es importante fijarse en la cantidad de fotos que tiene una cuenta, si hay imágenes familiares, de vacaciones o de cosas cotidianas, lo que indicaría que una cuenta verdadera en el caso de Facebook, también la cantidad de información personal que comparte una cuenta, como dónde estudio, dónde nació, etc. Otro punto importante es la cantidad de amigos que tiene, si son muy pocos, es para sospechar.
Generalmente las cuentas falsas, ocupan grupos o páginas de noticias oficiales donde hacen críticas a cierta autoridad o entidad, con un claro sentido político y comentando información que no cualquier ciudadano podría manejar.
Ante la situación de que se acredite que alguna persona prominente sea descubierta enviando mensajes desde cuentas falsas, Deby Zepeda, agregó que “la reacción de la gente sería el descredito, seguramente aplicarían sanciones dependiendo del acto porque en el fondo tendría la misma validez, que si lo hubiera hecho en público o de manera directa”.
Por último y referido al bullado caso del tuit del intendente, la docente universitaria, afirmó que “respecto a lo sucedido en redes sociales desde la intendencia a la alcaldía, en mi opinión creo que no hay, y no cuento la suficiente información de contexto, pero si algo tengo claro las respuestas desde la intendencia han sido un tanto confusas para la opinión pública, si hay hackeo o un error, si existen cuentas falsas, lo único que podría decir es que efectivamente la información ha sido poco clara”.
La tarea parece ser para los usuarios de redes sociales que deberían ser más cuidadosos con todo lo que leen y verificar quién es el emisor del mensaje. Pero la tarea más importante es para quienes generan cuentas falsas con fines propagandísticos y de ataque a sus competidores, sobre todo en época de campañas. Aunque esto no sea penado por ley, si puede ser cuestionado moralmente y éticamente, pero si el tenor de los ataques aumenta podría configurase una denuncia por daño a la honra.