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Expertos entregan recomendaciones para cuidar la nutrición y la salud bucal en Halloween

Constanza Ackermann y Munir Gauro, docentes de Nutrición y Dietética y Odontología de la Universidad del Desarrollo, respectivamente, hacen un llamado a asociar el consumo de dulces a comidas principales para mitigar su impacto en el metabolismo y la posible formación de caries.

El 31 de octubre está a la vuelta de la esquina. Los supermercados repletaron sus estanterías de golosinas y el viernes por la noche las calles se llenarán de niños disfrazados buscando recolectar la mayor cantidad de dulces posible. Lo más aterrador de la noche, sin embargo, podrían no ser los disfraces sino los efectos que tendría el consumo excesivo de dulces: malestar estomacal y aumentar la posibilidad de tener caries.

Para que eso no suceda, Constanza Ackermann y Munir Gauro, docentes de Nutrición y Dietética y Odontología de la Universidad del Desarrollo, respectivamente, entregan una serie de advertencias y recomendaciones para que Halloween sea una oportunidad para educar en hábitos saludables.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los azúcares libres –aquellos que se añaden a los alimentos o están naturalmente contenidos en miel, jarabe, etc.- no superen el 10% de las calorías diarias, cifra que baja a 5% en niños mayores de 2 años y a cero en quienes están por debajo de esa edad.

Sobre esto, Constanza Ackermann explica que para cuidar el metabolismo hay que mantener una alimentación equilibrada permanentemente. “Más que eliminar o prohibir el consumo de dulces en fechas como Halloween, la clave está en ofrecerlos con moderación, respetando las edades seguras de consumo y procurando que sea una experiencia divertida y sin riesgos”, dice.

En competencia con las golosinas tradicionales aparecen los dulces sin azúcar, que reemplazan este ingrediente por edulcorantes no calóricos que además de aportar menos energía, no son necesariamente más saludables. “Incluso, algunos reemplazan el contenido por polioles –sustitutos del azúcar de bajo contenido calórico- que en exceso pueden provocar malestares digestivos como gases o diarrea, especialmente en niños”, explica Ackermann.

Ante todo, las recomendaciones generales para equilibrar la celebración de Halloween con una correcta nutrición son: Evitar prohibir, ya que los niños aprenden a autorregularse cuando no hay restricciones; planificar junto a los menores cuántos dulces se comerán ese día y qué hacer con el resto –dosificar, compartir, etc.-; incluir comidas nutritivas antes y después de la noche del 31 de octubre; y fomentar que sea un juego y experiencia, no solo consumo de azúcar.

No todos los dulces son iguales

Por otro lado, Munir Gauro, especialista en cariología, es enfático al señalar que todos los dulces tienen el potencial para generar caries, “pero los más dañinos son aquellos que son adhesivos, azucarados y que se comen entre las comidas principales. Debido a que son difíciles de limpiar por su consistencia pegajosa y porque mantienen un pH bajo en la boca por mayor tiempo, que favorece el desarrollo de la enfermedad”, explica.

Eso sí, no son únicamente las golosinas de Halloween las que tienen un pH bajo, sino que los alimentos y bebidas azucaradas en general. Por eso se recomienda que en Halloween el consumo de dulces sea cercano a comidas principales (como almuerzo, once o cena, por ejemplo), para evitar generar un pH únicamente bajo en la boca y que este se contrarreste con el que produce el resto de los alimentos.